El avance durante la crisis 2008 #
Los días 5, 6 y 7 de diciembre de 2009 tuvo lugar el VII Congreso, bajo el lema «La juventud a la ofensiva, construyendo revolución», en el que salió elegido como nuevo Secretario General Juan Nogueira. El Congreso fue una buena muestra de la influencia creciente de nuestra organización a nivel internacional, con la presencia de 24 delegaciones internacionales.
Este congreso se celebraba tras el estallido de la profunda crisis capitalista de 2008. Las políticas antiobreras y antipopulares ocasionaron durante los años posteriores una intensificación de la lucha de masas; ejemplo de ello son las tres huelgas generales de septiembre de 2010 y marzo y noviembre de 2012, o las numerosas luchas estudiantiles, como la huelga general educativa del 22 de mayo de 2012. Las capacidades crecientes de los CJC y la agudización de la lucha de clases, a pesar de la hegemonía socialdemócrata y pequeñoburguesa en el movimiento de protesta frente a la crisis, permitieron ampliar las fronteras organizativas de los CJC y dar un importante salto cualitativo y cuantitativo como organización juvenil comunista.
Ese salto cualitativo y cuantitativo fue posibilitado y potenciado por el IX Congreso del PCPE, celebrado en diciembre de 2010, que recuperó definitivamente la estrategia política leninista tras los largos años de reconfiguración y recomposición del movimiento comunista en España. Aquel congreso rompió con la concepción etapista y frenteizquierdista1 que había caracterizado a los partidos y agrupaciones comunistas en España hasta entonces y recuperó la orientación leninista de la alianza social, del frente obrero y popular para la organización de la revolución socialista.
El aumento del trabajo partidario y el nacimiento del Frente de Estudiantes #
Durante aquellos años, y al calor de intensas luchas estudiantiles, tuvo lugar también la I Conferencia de Estudiantes (2012), conferencia fundamental en la que, además de caracterizar el papel que cumple la educación en el capitalismo y los elementos principales de la futura educación en el socialismo, se acordó la necesidad de trabajar hacia la creación de un sindicato estudiantil de ámbito estatal.
Todo este periodo rico en aprendizajes culminó en el VIII Congreso, celebrado entre el 23 y el 25 de marzo de 2013 bajo el lema «En todo barrio, centro de estudios y de trabajo, ¡Juventud Comunista!», en el que Sócrates Fernández resultó elegido como Secretario General. Este Congreso supo sintetizar la experiencia de masas acumulada, terminando de romper con la reclusión y pasividad de periodos anteriores, volcando plenamente a la Juventud Comunista hacia el trabajo de intervención en los espacios de vida y trabajo de la juventud obrera y dando una cobertura organizativa a todo ello a través de la recuperación de la organización sectorial leninista2.
Se abrió así un periodo de intensa actividad política en el que los CJC experimentamos un fuerte crecimiento. Especialmente pronunciado fue el aumento de nuestra influencia en el movimiento estudiantil: se llevó a la práctica la clara apuesta por construir una organización sindical a nivel estatal y romper con la atomización y desorganización del movimiento estudiantil. Fueron años de una ardua lucha político-ideológica de la militancia de los CJC en el seno de asambleas, asociaciones y coordinadoras en todo el país para marcar el rumbo a seguir y aglutinar en torno a dicha propuesta a amplios sectores del estudiantado.
En 2014 y 2015 se celebraron sendos encuentros de coordinación estatal, en los que participaron varias estructuras estudiantiles que debatieron y definieron una hoja de ruta hacia la creación del sindicato estatal. Este, finalmente, se convertiría en una realidad con la celebración del Congreso de Unidad Estudiantil en Valencia en diciembre de 2015: nacía el Frente de Estudiantes (FdE), la apuesta teórica de los CJC por un sindicato estudiantil estatal era una realidad en la práctica. El Frente de Estudiantes era la conclusión material de los aprendizajes y lecciones obtenidas en todo el periodo álgido de lucha estudiantil que había plantado cara al Plan Bolonia o a la Ley Wert (LOMCE). Una estructura de masas centralizada, que actúa al unísono en todo el país y cuya fuerza y potencialidad radica en la base, en el trabajo diario y continuado de representación, debate y lucha estudiantil en firme unidad con el resto de la comunidad educativa.
La situación de aguda crisis económica y de continuos ataques a la juventud obrera puso a los CJC en la primera línea del combate político, y la organización, como ya hemos señalado, experimentó un gran crecimiento. Este crecimiento permitió que, tras los avances que supuso la celebración en octubre de 2014 de la IV Conferencia de Organización y Finanzas, se comenzase a extender esa estructura organizativa sectorial cada vez más apegada a la intervención directa en los espacios de socialización de las masas, en sus centros de estudio y de trabajo. Durante este periodo nació también el Campamento de la Juventud, cuya primera edición se celebró en 2014 en Pola de Gordón, en León.
Tras todos estos avances, el 12, 13 y 14 de marzo de 2016 se celebró el IX Congreso de los CJC bajo el lema «Consolidar la Juventud Comunista. Organizar a los jóvenes. Preparar la revolución», del que salió elegida como Secretaria General Marina Gómez. Los años anteriores habían permitido sentar las bases para una política de masas más ofensiva y dirigente. Una buena demostración tuvo lugar con ocasión de la huelga general educativa del 9 de marzo de 2017, primera huelga conjunta de toda la comunidad educativa desde octubre de 2013 (en aquella ocasión al calor de las luchas contra la LOMCE y el «tasazo» en las universidades públicas) y en cuyo impulso, organización y desarrollo fue el Frente de Estudiantes un actor decisivo.
Debido a lo anterior, en diciembre de 2017 los CJC celebrábamos la II Conferencia de Movimiento Estudiantil y Educación bajo el lema «Estudiar, luchar y crear: continuar la ofensiva en los centros de estudio». Esta conferencia, recopilando lo aprendido (con sus aciertos y sus errores) durante los dos primeros años de vida del Frente de Estudiantes, actualizaba y profundizaba el modelo de sindicato estudiantil estatal que proponemos y clarificaba cuál era el papel que los CJC debían jugar en el desarrollo del mismo. Además, ahondaba en la definición de los colectivos sectoriales. La conferencia atacaba algunos errores de concepción y aplicaba creativamente a la realidad concreta la concepción leninista de intervención, concepción condensada en la figura del «tribuno popular». La experiencia acumulada exigía profundizar en la figura de los militantes comunistas como dirigentes políticos en los centros de estudio, en la profundización de los principios rectores del sindicato estatal y en la cobertura organizativa de todo ese trabajo.
La ruptura con el PCPE y el comienzo del PCTE #
Sin embargo, durante aquellos años se produjo un paulatino descenso de la lucha de masas: comenzaba el fin del ciclo de contestación a la crisis de 2008. Este descenso de la lucha de masas coincidió en el tiempo y se vio reforzado por la aparición en enero de 2014 de Podemos, partido que canalizaría por la vía parlamentaria el descontento y malestar. Las reivindicaciones de la pequeña burguesía durante el periodo de respuesta a la crisis sirvieron de argamasa para la reorganización, modernización y apuntalamiento del modelo de dominación burgués. La coalición Unidas Podemos, formada por Podemos e Izquierda Unida, llegaría al Gobierno en enero de 2020 formando un Gobierno de coalición con el PSOE; así, se cerraba simbólicamente el ciclo de contestación a la crisis de 2008 con un consenso reestablecido, con el reforzamiento definitivo de las lógicas de la paz social. Toda esta situación de descenso progresivo de la lucha de masas y reforzada esperanza reformista que culminaría en la conformación del Gobierno de coalición produjo cierta estabilización de nuestro crecimiento interno, una estabilización que estuvo también marcada por la crisis interna desatada en el seno del PCPE.
Los años precedentes al IX Congreso habían permitido a los CJC y a buena parte del Partido obtener importantes lecciones político-ideológicas para colocar al proyecto comunista de nuevo en el camino de ser un actor político determinante entre la clase obrera. Sin embargo, no solo las propuestas superadoras, sino incluso lo que eran acuerdos colectivos, encontraban una labor de zapa permanente en un sector de la dirección del PCPE. Tras su acción de obstrucción e incumplimiento político se escondían concepciones oportunistas y liquidadoras, la voluntad de devolver al Partido a una política frenteizquierdista y marginal, concepciones revisionistas en el análisis del imperialismo, eclecticismo ideológico, comprensión eurocomunista del funcionamiento del Partido y un largo etcétera de posiciones que fueron creciendo y atrincherándose en el Buró Político del PCPE tras su X Congreso, celebrado en junio de 2016.
Tanto es así, que desde esta fracción instalada en la dirección se comenzó a aplicar una política liquidacionista, al margen de toda organicidad, contra los CJC: tratando, entre otras cosas, de controlar de forma directa a algunas organizaciones de los CJC para enfrentarlas a su dirección central. Esto provocó una inevitable ruptura de relaciones entre CJC y la dirección del PCPE en abril de 2017. Por suerte, una buena parte del PCPE y de su Comité Central se mantuvieron firmes frente a la deriva ideológica y la actividad fraccional y también rompieron en la primavera de 2017. Esto llevó a la existencia de dos partidos con la misma sigla: uno dirigido por Carmelo Suárez, que trató de atentar contra la integridad de los CJC y de desviar al proyecto de su camino revolucionario, y otro dirigido por Ástor García, que tuvo el respaldo de una amplia mayoría del Partido y la práctica totalidad de los CJC.
La ruptura se afrontó con valentía y honestidad por parte del grueso de los CJC, que recibimos con entusiasmo el respaldo de la totalidad de organizaciones del polo leninista internacional a nivel juvenil. En mayo de 2017 se celebró un acto en conmemoración del centenario de la Gran Revolución Socialista de Octubre en el que, junto a dirigentes de los CJC, intervinieron las juventudes comunistas de Grecia, Italia y Turquía y se recibió un saludo de los camaradas de México.
Esta crisis marcó el desarrollo del proyecto partidario durante los siguientes años, pero también permitió el avance en posicionamientos antes enquistados y el asentamiento de dinámicas organizativas verdaderamente leninistas en el Partido y en la Juventud. En noviembre de 2017 se celebra el XI Congreso extraordinario del PCPE, en el que los sectores leales del Partido abren un nuevo periodo en la historia del comunismo en España. El periodo de ruptura se puede considerar finalizado en marzo de 2019, en el X Congreso de los CJC, marco en el cual, el último día de los debates congresuales de la Juventud, el Comité Central del Partido anunció el cambio de denominación de la estructura partidaria, que pasaba a llamarse Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE).
El X Congreso de los CJC, celebrado los días 1, 2 y 3 de marzo bajo el lema «Una organización para que suene en presente la palabra revolución», eligió a Javier Martín como Secretario General. Aquel Congreso desarrolló importantes cuestiones en torno a la acción política de los comunistas y la bolchevización del funcionamiento interno. Bajo la palabra de orden de colocar lo «político-ideológico al mando» se profundizó en la intervención de vanguardia como acción organizada que sitúa la orientación política pertinente en cada momento de la lucha de clases para la organización de las masas juveniles. Esto exigía aumentar las capacidades de análisis y elaboración de los órganos políticos sobre distintos aspectos de la realidad juvenil, así como colocar mecanismos que garantizaran el funcionamiento bolchevique del centro político para contestar homogéneamente y al unísono los ataques de los capitalistas.
La historia del actual periodo se está elaborando cada día, cada hora, con el trabajo de cada uno de los militantes de los CJC; por ello, parafraseando a Lenin, este capítulo no puede cerrarse sino afirmando que es más agradable y provechoso vivir la experiencia de la militancia revolucionaria que escribir acerca de ella.
Para profundizar #
Vídeos #
Notas
- El Partido establece que no existen etapas intermedias entre el capitalismo y el socialismo: no existe ninguna suerte de revolución «democrática» o «popular» intermedia pendiente, pues han madurado las condiciones objetivas para la revolución proletaria. Nuestra tarea es, por tanto, organizar dicha revolución, interviniendo directa y planificadamente entre las masas para estructurar la alianza social bajo hegemonía proletaria, y no sumar nuestras fuerzas o ponernos a la cola de otras organizaciones socialdemócratas o «democráticas» que no se plantean la superación del modo de producción capitalista.
- La organización sectorial implica el establecimiento de organizaciones del Partido y la Juventud, fundamentalmente, en el ámbito productivo, esto es: en empresas y centros de trabajo. El término se hace extensible a la estructuración en espacios y niveles educativos propia de la Juventud Comunista: institutos, facultades, universidades, campus… La organización sectorial permite una intervención política directa y concreta sobre la clase en ámbitos donde se experimentan formas de violencia y contradicciones del capitalismo.