Como decíamos antes, el conjunto de la sociedad, sus fenómenos y procesos políticos, los sistemas de ideas que aparecen, etc., no pueden entenderse por sí mismos al margen del estudio del conjunto de las relaciones sociales de producción e intercambio, es decir, de su modo de producción.
Cada uno de los modos de producción, como ya hemos señalado, ha tenido una existencia histórico-concreta; también el capitalismo. El carácter histórico del capitalismo supone que este, en tanto que sistema socioeconómico, aparece en un momento del desarrollo de la humanidad y que, a su vez, en un momento dado de su grado de desarrollo se generan las condiciones de posibilidad para su superación. Es la clase obrera, la clase revolucionaria, la que, en palabras de Marx, «tiene en sus manos el porvenir»1, la que está llamada históricamente a dirigir el proceso revolucionario.
En este punto nos detendremos a explicar el modo de producción capitalista y las razones históricas por las cuales los comunistas apostamos por la revolución, es decir, por la transformación social radical que supere las relaciones sociales capitalistas.
Notas