Los CJC y el PCTE representamos un mismo e indisoluble proyecto político, que parte de la consideración de que vivimos en la época de las revoluciones proletarias que inauguró la Gran Revolución Socialista de Octubre. La victoria de la contrarrevolución y del revisionismo, que en nuestro país adquirió la forma del eurocomunismo, no niega el hecho de que vivimos en la época de transición del capitalismo al socialismo-comunismo. Las condiciones objetivas que demuestran la necesidad de la revolución socialista como vía emancipadora siguen presentes: la contradicción principal y antagónica de nuestra época es la contradicción capital-trabajo en su expresión monopolística, en la que se agudiza la contradicción entre el carácter social de la producción y la forma privada, capitalista, de apropiación de lo producido.
Vivimos por tanto en la fase imperialista del capitalismo, fase última y agonizante en la que ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero. Un puñado de grandes empresas se reparten la producción y el comercio mundial, aumentando notablemente su poder durante las últimas décadas. En el sistema imperialista internacional se producen relaciones de dependencia e interdependencia mutua y desigual que, en la búsqueda constante de maximización de beneficios, devienen en constantes conflictos y enfrentamientos entre Estados o uniones imperialistas internacionales colocados en distintos niveles de la pirámide imperialista. El imperialismo tiende a la reacción en todos los sentidos, la guerra imperialista es por tanto la continuación de la política capitalista por medios militares, es indisoluble del carácter del régimen del que surge.
El capitalismo español y la construcción del socialismo-comunismo en España #
El capitalismo español, particularmente, se sitúa en un tramo medio alto de la pirámide imperialista. Es por tanto un país plenamente inserto en la fase imperialista de desarrollo, en el que domina una oligarquía financiera que se sitúa en la cabeza del conjunto de la burguesía. A nivel internacional, la burguesía española forma parte de las alianzas imperialistas cristalizadas en la Unión Europea y en la OTAN. A nivel interno, España cuenta con una economía altamente concentrada, un elevado desarrollo científico-técnico en multitud de campos de la producción y con una creciente clase obrera. El desarrollo de las fuerzas productivas permitiría, por tanto, satisfacer ampliamente las necesidades del conjunto del pueblo trabajador.
Los CJC y el PCTE consideramos por tanto que no existen etapas intermedias entre el capitalismo y el socialismo-comunismo, y que nuestra tarea, en consecuencia, es la preparación del factor subjetivo, materializado este en diversas formas de organización, poder e interrelación de la clase obrera y los sectores populares, para estar en disposición de pasar al conflicto político abierto contra el capitalismo. La intensificación de las contradicciones que caracterizan al imperialismo como capitalismo agonizante no implica en ningún caso que el capitalismo vaya a desaparecer por si solo. Quiere decir únicamente que el imperialismo es la fase de desarrollo del capitalismo en la que han madurado las condiciones para el asalto directo a la fortaleza capitalista planteando como tarea inmediata la preparación multifacética de la clase obrera para la conquista del poder político.
Una organización para hacer la revolución #
Lo anterior nos lleva a considerar que es necesario recuperar el partido de nuevo tipo bolchevique, un partido altamente centralizado y disciplinado, un partido de una alta concentración y homogeneidad en lo ideológico que, frente a todo determinismo y positivismo, sepa que la revolución no llegará por fatalismo, que la clase obrera no tomará conciencia de la necesidad de superar el modo de producción capitalista en el mero discurrir de la lucha económico-inmediata de forma espontánea. Un partido que recupere la estrategia revolucionaria marxista-leninista actualizada a nuestros tiempos y a nuestra realidad concreta, que acuda a las masas, sin renunciar a ni una sola plataforma desde la que tomar contacto e influir sobre ellas, sin renunciar a ni un solo método de lucha, legal o ilegal, para fusionarlas con el comunismo científico, para elevar la conciencia a través de la propia experiencia práctica. En definitiva, para generar un movimiento revolucionario que esté en disposición y prepare el derrocamiento del poder de la burguesía.
El proyecto político que representan los CJC y el PCTE considera, por tanto, que ni la suma progresiva de reformas ni la acción parlamentaria puede llevarnos a la emancipación definitiva de nuestra clase. Es nuestro papel, por tanto, combatir, dentro de las diversas tareas de la lucha político-ideológica, estas ilusiones dentro del movimiento obrero que se vinculan con la hegemonía socialdemócrata en el mismo.
El sistema político español cumple hoy todos los elementos característicos de las democracias burguesas. Los aspectos heredados directamente de la dictadura franquista, lejos de refutar el carácter democrático burgués del sistema monárquico y parlamentario español, confirman la continuidad de la dictadura capitalista en las distintas formas históricas concretas que asume. La violencia y represión es consustancial a todas las formas de dominación capitalistas. Es por ello que nosotros caracterizamos con claridad el carácter de clase del Estado español y la necesidad de organizar la revolución para abolir el Estado burgués y construir el Estado proletario.
Para ello es necesario organizar, en primer lugar, a la clase obrera, sujeto revolucionario y fuerza dirigente de la revolución por su posición en el seno de la producción. Las fuerzas motrices de la revolución socialista se completan además con los sectores populares oprimidos que están objetivamente enfrentados al poder del capitalismo monopolista. Nuestra acción política se orienta por tanto hacia la construcción de la unidad consciente y combativa de la clase obrera de toda España en alianza con el resto de capas del pueblo para alterar la correlación de fuerzas y ser capaces de oponer, en condiciones revolucionarias, un amplio frente obrero y popular bajo dirección comunista al poder del capital.
Internacionalistas #
La revolución en España tendrá forma nacional pero contenido internacional. Será un momento de la revolución proletaria mundial, condición indispensable para la consecución de la sociedad comunista. Es por ello que tanto el PCTE como los CJC trabajan activamente por organizar un nuevo centro revolucionario internacional, una nueva Internacional Comunista.
Con la toma del poder político el pueblo español se liberará parcialmente de las cadenas de la explotación a través de la socialización de los medios de producción, la planificación central de la economía y la construcción del poder obrero. Se iniciaría así la etapa de transición revolucionaria del socialismo al comunismo, el tránsito definitivo de la humanidad del reino de la necesidad al reino de la libertad.